En la producción agrícola, los productos químicos como la urea, el fosfato diamónico (DAP), el cloruro de potasio, el sulfato de potasio y los fertilizantes compuestos se utilizan comúnmente como fertilizantes. Tienen un alto contenido de nutrientes y surten efecto rápidamente; elegir los correctos puede mejorar significativamente el rendimiento y la calidad de los cultivos. Sin embargo, la selección a ciegas no solo desperdicia costos, sino que también puede provocar la compactación del suelo y la quemadura de las raíces de los cultivos. La clave reside en la selección precisa basada en dos dimensiones centrales: "las necesidades del suelo y las características del cultivo".
Primero, considere la adaptación del suelo: Analice el suelo antes de seleccionar los fertilizantes para evitar la "aplicación a ciegas". Para suelos ligeramente ácidos (pH 7.5), elija fertilizantes ácidos como el sulfato de amonio y el superfosfato para reducir el impacto de la salinización. Si el suelo es deficiente en nitrógeno (caracterizado por el amarilleo de las hojas), la urea (con un 46% de contenido de nitrógeno, el más alto entre los fertilizantes químicos) es la primera opción, y es muy eficaz tanto para la difusión como para la fertirrigación. Para la deficiencia de fósforo (sistemas radiculares débiles y bajo cuajado de frutos), seleccione fosfato diamónico (que contiene 46% de fósforo y 18% de nitrógeno), que es adecuado para promover el crecimiento de las raíces en la etapa de plántula de los cultivos.
A continuación, considere las necesidades del cultivo: Diferentes cultivos y diferentes etapas de crecimiento tienen requisitos muy diferentes para los fertilizantes químicos. Las hortalizas de hoja (como las espinacas y la lechuga) requieren alto nitrógeno durante todo su ciclo de crecimiento; la urea puede ser el fertilizante principal, abonado 2-3 veces durante el período de crecimiento, con 15 kg por mu cada vez para promover hojas gruesas y exuberantes. Para las hortalizas de fruto (como los tomates y los pepinos), se necesita alto potasio después del cuajado del fruto; elija fertilizantes compuestos a base de sulfato de potasio (con una proporción N-P-K de 15:15:20), aplicando 20 kg por mu cada vez para mejorar la dulzura y el brillo de la fruta. Para los cultivos de campo (como el trigo y el maíz), se requiere nitrógeno y fósforo coordinados durante la etapa de ahijamiento/encañado; use una mezcla de fosfato diamónico y urea.
Elegir el fertilizante adecuado no solo ahorra dinero, sino que también promueve el crecimiento saludable de los cultivos, logrando la "fertilización de precisión y el aumento eficiente del rendimiento".

